El Grafiti tiene una larga historia: ya entre los romanos existía la costumbre de escribir ocasionalmente sobre muros y columnas y se han encontrado múltiples inscripciones en latín vulgar con consignas políticas, insultos, declaraciones de amor, etcétera, junto a un amplio repertorio de caricaturas y dibujos, en los lugares menos pensados y en aquellos que no afectó la erosión, como cuevas-santuario, muros enterrados, las catacumbas de Roma o en las ruinas de Pompeya y Herculano, (donde quedaron protegidos por la ceniza volcánica). De la época moderna se conocen también ejemplos, hechos por marineros y piratas que en sus viajes, al pisar tierra, dejaban sus seudónimos o iniciales marcadas sobre las piedras o grutas con un trozo de corcho quemado.
En nuestra ciudad, las paredes de muchos edificios se encontraban llenas de rayados sin ningún sentido. Rayados que solamente mostraban elementos parecidos a una firma, o algún mensaje que podía ser o no ofensivo en contra de alguien o simplemente líneas que podían conformar un dibujo extraño a la vista de ojos profanos en este "arte".
Con el correr del tiempo ha ido cambiando este extraño quehacer de muchos aburridos y malvados que con un spray en la mano dañaban aquello que para muchos constituía un enorme esfuerzo: la pintura de sus paredes.
Actualmente, el graffiti constituye un verdadero arte, muy cercano al mural y al pasar por cualquier barrio de Valparaíso encontramos espacios pintados por verdaderos artistas.
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